Por atracos constantes, vía a Galapa la llaman la “carretera del temor”
Afectados cuestionan poca efectividad de la Policía Metropolitana para evitar hurtos a buses y pasajeros, que van en aumento.
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José Granados FernándezRecuerdan cada detalle, el día y la hora exacta, y no es para menos porque en medio de los atracos a mano a armada o con cuchillos sus vidas corrieron peligro. Ellos, hombres y mujeres, son las víctimas de asaltantes de buses intermunicipales que han convertido el corredor entre Barranquilla y Galapa en lo que muchos hoy llaman la “vía de la atracadera” o la “carretera del temor”.
En el terreno, Atlántico en Noticias y Zona Cero.com encontraron que los atracos a conductores y pasajeros afectan, entre otras, las rutas a Baranoa, Polonuevo, Sabanalarga y muy especialmente la de Galapa, por su mayor frecuencia y circulación hacia y desde Barranquilla.
En las últimas 96 horas, desde el pasado jueves, hubo 6 atracos a buses intermunicipales, denunciaron afectados.
Hablan víctimas
El accionar de los criminales no es nada nuevo. De acuerdo con testimonios de las víctimas, los delincuentes no solo se dedican a robar, sino que han lesionado y herido a pasajeros que se han opuesto a entregar sus pertenencias o que nerviosos han querido escapar de los robos.
En noviembre pasado, en un bus de Galapa que venía una tarde hacia Barranquilla, una anciana que no pudo contener sus nervios fue herida por un atracador que la golpeó en la cabeza con la cacha del revólver con el que amenazaba con “matar” a quien se opusiera al hurto. En esta misma acción, una enfermera fue arrastrada y lanzada del automotor por uno de los maleantes.
“Uno de los tipos me quita el bolso, donde llevaba una plata para pagar mi tarjeta de crédito, y comenzó a forcejear con otro pasajero que no quería entregarle el celular”, contó la enfermera. “La reacción mías –prosiguió– fue enfrentarme al tipo y este al verse apurado, porque le íbamos a caer varias personas, salió corriendo (dentro del bus). Yo me prendí de él y me tiró con el bus andando”.
La enfermera sufrió golpes en su columna y tuvo que someterse a un tratamiento.
Desangrado por puñalada
Un joven padre de familia del vecino municipio tampoco podrá olvidar que el 2 de septiembre de 2016 la más pequeña de sus hijas estuvo en riesgo y que él corrió peligro de morir al ser apuñaleado por un atracador que, tras ver frustrado su robo, se bajó en Villa Cordialidad.
“En medio del atraco –relató el padre de familia– cuando el tipo ve que la gente grita, él se baja por la puerta trasera y como no pudo quitarme el celular, porque de los nervios lo dejé caer, se asomó por la ventanilla y me mandó el puñal”.
En su dramático relato, el pasajero atracado contó que “si yo no empujo a mi hija pequeña hacia el frente, pues la llevaba en mis piernas, y meto el brazo, me le hubiera podido hacer un daño a la niña. A mí me apuñaló: fueron 4 puntos por fuera y 4 internos, por la profundidad de la herida en el brazo derecho. Me tuvieron que llevar de urgencia a una clínica acá en el municipio (de Galapa). El bus venía a millón porque me estaba desangrando”.
Actúan drogados
Sin contemplación alguna, los asaltantes, bajo los efectos de drogas, abordan los buses como cualquier pasajero y luego intimidan a los ocupantes. “Ellos no actúan en su sano juicio, ellos van drogados, normalmente; ellos, como dicen, van a lo que sea”, enfatizó un testigo.
Por las descripciones de las víctimas, unos atracos son exprés, rápidos, cometidos en trayectos cortos, en los que los asaltantes roban pocas pertenencias. En varios de los casos, las víctimas han observado que los atracadores cuentan con el apoyo de taxistas que los sacan de la vía.
“En el caso en el que me robaron el celular, los atracadores se montaron en Villa Olímpica. Nos quitaron morrales, bolsos y teléfonos, y se bajaron cerquita, en Villa Cordialidad. Atrás venía un taxi esperándolos, pero por ahí no había policías ni nada”, recordó otro de los atracados.
Saben lo que hacen
En otros golpes, los asaltantes demuestran que han estudiado el robo con anterioridad y no dejan nada al azar para no levantar sospechas en la vía, testificó a Atlántico en Noticias y Zona Cero.com un conductor a quien en una oportunidad le hurtaron el producido de varios viajes.
“Ese día, que no se lo deseo a nadie, los atracadores me pusieron el revolver en la nuca y me dijeron: actúa con naturalidad; no pongas luces ni llames a nadie con las luces, pues uno tiende en la vía a llamar a los compañeros o a la Policía haciendo señales con las luces del bus, y ellos ya lo sabían; también me dijeron que fuera despacio y que actuara normalmente porque de lo contrario me daban un tiro en la cabeza”, fue la amenaza que el jefe de los asaltantes le expresó al veterano conductor.
Quienes han sido atracados afirman que la Policía Metropolitana ha hecho poco para evitar los robos en la vía Galapa – Barranquilla y detallan el accionar de los delincuentes: “Ellos prácticamente no tienen horario fijo, pero tienden a actuar en horas de la noche, cuando ya el bus viene demasiado lleno; es más, ellos calculan cuando es día de quincena, día de pago”.
Cuestionan a la Policía
El reclamo que las víctimas de los asaltos hacen a la Policía Metropolitana tiene que ver, además, con que los criminales utilizan sitios específicos para subirse a los buses como pasajeros y otros para bajarse con el botín en sus manos y escapar a toda carrera.
Esos sitios son: Mundo Feliz; Villa Olímpica; Villa Cordialidad; el Puente de la Circunvalar, donde violan todas las normas viales y de espacio público; la carrera 10 con Cordialidad, San Martín y los sectores Brisas de Ocaña y El Peligro. “En este último lugar –dice uno de los afectados– la Policía sabe que viven un par de maleantes, para allá abajo en el Bosque, que se montan como pasajeros y más adelante atracan”.
Ante a esta situación calamitosa de inseguridad las víctimas de los atracos en la vía Barranquilla – Galapa se preguntan que si hasta ellas identifican los sitios donde actúan los facinerosos, por qué la Policía Metropolitana no monta operativos con la Sijín para capturarlos y enviarlos a la cárcel.
Este reportaje fue escrito por José Granados y publicado en Emisora Atlántico el 17 de julio de 2017.
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